Los
juegos ecológicos generan una visión interna de la Naturaleza y la problemática
ambiental. La experiencia directa nos
conecta mediante los sentidos, el intelecto y el afecto con el mundo natural,
reforzando el aprendizaje de los conceptos y haciéndonos tomar conciencia de
los problemas que enfrenta.
A
través de los juegos se crea un sentido de pertenencia con la Naturaleza. Los
alumnos descubrirán el lugar verdadero y vital que ocupamos en ella. Y la
importancia de mantener el equilibrio entre nosotros y la Naturaleza.
El
hecho de estar educando al aire libre, en contacto directo con la Naturaleza,
implica tener en cuenta distintos aspectos para que la experiencia sea
incorporada y constituya un aprendizaje significativo.
Debemos
saber escuchar y dejar que el interés fluya con libertad, tratando de mantener focalizado el tema que estamos
tratando. Ampliemos ese interés, respetemos sus sentimientos, hablemos sobre sus curiosidades y démosle
importancia a sus pensamientos.
Mirar,
experimentar y luego hablar. Dejemos que el niño/a pueda experimentar con todos
sus sentidos la experiencia que está viviendo. No les invadamos con conceptos
en el momento de la experiencia, porque seguro no los retendrá, porque en ese
momento estará reteniendo lo que está pasando por él. Luego habrá tiempo para
explica los conocimientos que encuadran la experiencia.
La
experiencia ha de ser un momento placentero. El niño/a naturalmente aprende,
cuando se genera el ambiente apropiado para la experiencia que se está
realizando. Tratemos de generar un ambiente ameno y de confianza mutua.
Juego: Descubro mi árbol
Objetivo:
Adquirir
sentido de pertenencia sobre elementos naturales. Percibir la Naturaleza a
través de todos los sentidos. Crear vínculos con la Naturaleza.
Consolidar
el concepto de amistad.
Desarrollo:
Los
participantes formarán parejas. Uno de cada pareja se vendará los ojos. El que
no está vendado, llevará al otro a caminar por el terreno (seguridad) hasta
pararlo frente a un árbol. El de los ojos vendados percibirá por medio de los
sentidos que tiene disponibles dicho árbol. La pareja volverá al punto de
partida.
Ya
sin la venda, el participante tendrá que a buscar el árbol que percibió con los
ojos vendados. Al encontrarlo seguramente exclamará:"este es mí
árbol" o “descubrí mi árbol” (sentido de pertenencia).
Luego,
el otro participante, realiza el mismo desarrollo.
Evaluación:
Resolución
Ecológica
En turnos, cuentan cada uno su experiencia al descubrir su árbol. Es aquí donde
podemos hablar del vínculo que se puede entablar entre hombre y Naturaleza y de
la necesidad que ésta siga existiendo para el bienestar físico, psíquico y
social del hombre.
Resolución
Afectiva
En
la misma ronda después de la resolución ecológica, se les puede preguntar a los
participantes como fueron guiados por el compañero, cómo se sintieron (seguros
o inseguros). Así, tomando todo lo expuesto por los integrantes del grupo,
podemos aprovechar esta actividad para llegar a una conclusión de cómo debe ser la amistad, como se debe
comportar un compañero, un amigo.
Materiales:
vendas.
De
carácter: sereno / reflexivo.
Cuando
y donde jugarlo: en cualquier momento del día y en un lugar sin muchos declives
y que contenga cierta cantidad de árboles.
Límites
de edad: cinco años en adelante.